Para los empresarios, la suba de la inflación "no deja proyectar"

El ministro de Economía, Martín Guzmán, anticipó una noticia que ya todos sabíamos o por lo menos sospechábamos. El titular de la cartera económica, en una entrevista en un medio nacional, afirmó que la inflación de marzo va a ser "superior al 6%". Hoy el Indec dará a conocer el índice de precios al consumidor y se espera que la variación mensual genere una señal de alarma en el Gobierno nacional.

Es por eso que Guzmán salió a pedir "apoyo político" para implementar el programa económico aprobado en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo a la oposición sino también del propio gobierno. "Cuando se toma una decisión política es importante que los funcionarios no digan cosas que generan incertidumbre", expresó.

Este proceso inflacionario que está viviendo el país desde hace décadas genera una sensación de pesimismo que es generalizado entre los empresarios locales. El nivel general del índice de precios al consumidor registró un alza mensual de 4,7% en febrero de 2022 y una variación interanual de 52,3%.

Los empresarios locales afirman que con una alta inflación es muy complicado "crecer y poder proyectar". Por ejemplo, en el sector de la construcción privada o en la obra pública es muy complejo poder presentar un presupuesto que después no sufra una redeterminación. En la parte privada una actualización de precios puede significar que una obra no se finalice o quede paralizada.

A los comerciantes, la inflación los afecta "día a día". La gente consume cada vez menos y tiene que restringir sus gastos porque su poder adquisitivo es menor. Eso finalmente termina bajando la rentabilidad de un negocio. Pero la suba de precios también termina afectando a la planificación.

"No podemos armar un presupuesto, tampoco podés tener proveedores definitivos y de buena calidad y cantidad porque todo el tiempo tenés que estar viendo quién te ofrece mejor precio y dependiendo la necesidad. Le restás tiempo a la gestión porque estás todo el día buscando que precios cambiar, proveedores más baratos y cambiás la proyección que tenés", afirmó un dueño de un bar en el microcentro.

Mantener la rentabilidad en un contexto inflacionario es lo más complejo porque los empresarios afirman que no se puede estar "remarcando" todo el tiempo.

Por otro lado, también hay una "tensión permanente" con los empleados porque cada vez que hay un impacto con el número de la inflación sienten que sus salarios tienen que ser ajustados nuevamente. La suba generalizada de precios también termina afectando seriamente al asalariado porque el sueldo que perciben va perdiendo su poder adquisitivo.

Construcción

Los empresarios relacionados con la construcción afirman que poder mantener obras que se extiendan en el tiempo "es complicado". Explican que si en 12 meses la inflación va a superar el 60% no hay forma de financiar una obra del sector público por la forma que tiene de pagar el Estado y la redeterminación de precios.

En el sector privado es igual de complejo. Lograr ajustar un presupuesto de una construcción cuando se producen estos saltos inflacionarios es muy difícil porque se termina haciendo muy imposiblel programar a largo plazo.

Para los empresarios consultados si la inflación de marzo va a ser del seis por ciento, quiere decir que ya "estamos con un dólar atrasado" y que no se sabe cual va a ser su verdadero valor. Afirman que en algún momento la divisa norteamericana "va a tener que subir" lo que va a provocar que haya más suba en los materiales de construcción.

Aclararon que el cemento, el hierro, el PVC y el aluminio "siempre acompañan al dólar" por lo que esperan que la moneda extranjera se pueda estabilizar para no seguir presionando a los materiales de la construcción.

“Variables que se van acomodando”

La empresaria local Solana López Fleming consideró que la inflación “al que más pega” es al asalariado que vive con un monto fijo y a los sectores más vulnerables. La extitular de la Cámara Pymes salteña respaldó los dichos del ministro Guzmán, quien dijo que tiene que haber un “apoyo político amplio y que no haya acciones que generen incertidumbre porque necesitamos construir credibilidad”.
Para la empresaria la variable “expectativa” incide directamente en la inflación y espera que este proceso inflacionario que está atravesando el país “baje”.
“Yo veo que hay variables que se van acomodando, porque ya tenemos un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, vamos a tener gas y energía, se van a sostener las tarifas y no hay motivos para que haya más inflación que no sea a nivel internacional”, expresó la empresaria.
Para Solana López Fleming resulta “muy molesto” tener que estar remarcando los precios “permanentemente” porque la hay que lidiar con el malestar de la gente ante un incremento. “Para el que pone la cara es una situación incómoda y difícil de manejar porque muchas veces frenan la compra cuando ven un aumento. Lo que nosotros decimos es que no somos formadores de precios, pero es incómodo a la hora de enfrentar”, agregó. 
La mujer comentó que la mayor preocupación que enfrenta es ver cómo a sus empleados no les alcanza lo que ganan, ya que sus salarios pierden poder adquisitivo. “Uno tiene la preocupación, ya que somos todos partes de una misma cosa, no son ellos contra nosotros. No somos enemigos y cuando ellos están en una situación incómoda termina repercutiendo en tu propio negocio”, finalizó.
 

Más de $90.000 para no ser pobres en Salta

 Una familia necesitó 90.116,41 pesos en marzo último para no caer bajo la línea de la pobreza en los barrios de Salta, de acuerdo al índice de precios que mide el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci).
La Canasta Básica Total mide el precio de los alimentos y servicios básicos que una familia necesita para no caer bajo la línea de la pobreza. En este sentido, el incremento de este indicador fue del 7,62% el mes pasado con relación a febrero y del 46,73% en la comparación interanual.
En tanto que la Canasta Básica Alimentaria subió en marzo un 10,03% con respecto a febrero y se ubicó en 40.230,54 pesos, lo que representa además una variación interanual del 56,55%, ya que en marzo del 2021 costaba $25.697,51.
Federico Maigua, titular del Isepci, explicó que “estas son cifras que nos preocupan porque una Canasta Básica de Alimentos en Salta para una familia tipo estuvo en más de 40 mil pesos y la Canasta Básica Total en más de 90 mil pesos”.
“En lo que va del año tenemos un acumulado del 24% de inflación en alimentos y del 18% en la canasta básica total”, advirtió Maigua.
En tanto que la concejal de Libres del Sur, Malvina Gareca, reclamó el congelamiento de precios por un año y un observatorio para que regule y vigile la evolución de los precios”. 
Su compañero de bloque Ignacio Palarik, abogó por “más retenciones para el sector agropecuario y la creación de una empresa nacional de alimentos”.