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Sergio Massa entre el ajuste, la deuda y su posible candidatura

20/02/2023  |  Politica  |  

El ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo en el inicio de febrero su política de control de gastos, ya que de acuerdo con estimaciones privadas las erogaciones de la primera semana del mes en curso cayeron 24,3% en relación a igual período del año pasado.

Según reveló el Monitor del Ajuste del Gasto que elabora la consultora Analytica, en los primeros siete días de febrero el gasto primario se desplomó 41,4% con relación a la última semana de enero.

"Se trata del nivel de gasto real más bajo desde la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía. Los ajustes más significativos en términos interanuales se concentran sobre la obra pública y las asignaciones familiares y por hijo", señaló el reporte.

El ministro de Economía procura así consolidar el frente fiscal con el objetivo puesto en llegar a fin de año con un déficit primario del 1,9 por ciento acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año, sobre todo, en el contexto en el que la recaudación de impuestos da señales de debilitamiento.

El próximo miércoles 22 de febrero la Secretaría de Hacienda dará a conocer los resultados del Sector Público Nacional (SPN) de enero, el cual se ubicaría dentro de los parámetros previstos.

Massa tiene la complicada tarea de seguir emprolijando los números del Estado argentino en medio de un contexto de presiones cambiarias y en un año de elecciones presidenciales en el que generalmente los gastos suben en la segunda mitad del año.

Algunos analistas plantean que a partir de junio el gasto se podría ir relajando compensando el ajuste que se hace en la primera mitad del año.

Según trascendió, el equipo económico considera que tendrá algo de margen para ello, ya que se supone que este año la economía podría crecer un punto por encima de lo previsto con el FMI.

El organismo de crédito había estimado que el PBI argentino iba a avanzar este año un 2 por ciento, pero luego cambió las estimaciones a 3 por ciento.

En función de ello, al equipo le quedaría cierto margen fiscal para subir el gasto sin complicar la meta del déficit.

En un par de semanas una delegación argentina viajará a Washington para cerrar los números de 2022 y conseguir un desembolso de 5.400 millones de dólares.

Las metas del año pasado ya se alcanzaron, pero quedan algunas dudas por las de 2023 y ese será el tema de las nuevas conversaciones.

El "cuco" de la deuda

El ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró que la deuda en pesos "es absolutamente sustentable" al rechazar así las críticas de economistas de la oposición que señalaron que se está dejando "una bomba económica" para el próximo gobierno.

"La deuda en pesos es absolutamente sustentable y va a quedar además en los próximos días claro y demostrado, cuando nosotros terminemos de cerrar el segundo trimestre", afirmó Massa en declaraciones radiales.

El funcionario dijo que los vencimientos del tercer trimestre son los únicos a los que le queda un fuerte componente de participación privada, integrada por bancos, fondos comunes de inversión y compañías de seguros.

"No solamente no es impagable, sino que superado el segundo trimestre, el próximo gobierno va a tener un perfil y una curva para el 24 y el 25 mucho mejor de la que le tocó a este gobierno cuando arrancó, en términos de PBI", agregó.

El miércoles pasado el Palacio de Hacienda logró superar con eficiencia el primer vencimientos de letras del Tesoro de febrero, por $300.000 millones, al lograr en el mercado refinanciamiento por algo más de $400.000 millones.

Si bien es cierto que los operadores del mercado consideran que el Palacio de Hacienda no va a tener mayores problemas para "rollovear" los próximos vencimientos, las dudas están en los que se producen entre abril y agosto.

En el cuarto mes del año tiene que atender compromisos en moneda local por el equivalente a US$11.500 millones; mayo, US$7.800 millones; junio, US$13.000 millones y julio, US$15.000 millones.

Los mercados se han negado hasta este momento a prestarle al Estado más allá de agosto, que es la fecha de las PASO, donde entienden que la oposición tienen chances de ganar y que eso podría derivar en que en 2024 haya un reperfilamiento de vencimientos compulsivo.

En rigor, los analistas plantean que los problemas del Gobierno no son de origen técnico sino político. Uno de los cuestionamientos es que hay una alta proporción de deuda ajustada por inflación o atada al dólar, lo que hace que sea imposible que se vaya licuando por la inflación.

 



Fuente: El Tribuno