Pablo Moyano llevó anoche un menú cargado de planteos económicos a la cena con la que Alberto Fernández buscó cerrar la crisis diplomática que desató el propio mandatario al recibir en la quinta de Olivos al sector más tradicional de la CGT sin participación del camionero. Entre los reclamos centrales figuraron el pago de una suma fija hasta fin de año como complemento salarial para el sector privado, con la idea de que luego deberá ser incorporado por cada gremio en paritarias, así como un control estricto de precios (y la oferta de que los gremios contribuyan), ampliación de las asignaciones familiares y actualización del piso de Ganancias.
La comida fue la equiparación que encontró el jefe de Estado, 48 horas después de la charla en Olivos con los “gordos” de los grandes gremios de servicios y los “independientes” de buena relación con todos los gobiernos, para evitar una salida traumática del hijo mayor de Hugo Moyano del triunvirato de conducción de la CGT. Para disuadirlo de renunciar hizo falta, además de al menos dos llamadas telefónicas de Alberto y la promesa de recibirlo hoy, los pronunciamientos de los gremialistas que integran el Frente Sindical por el Modelo Nacional, convencidos de que la continuidad es más estratégica, y hasta de la dirigencia más encumbrada del kirchnerismo, que envió todo tipo de señales en ese sentido.
Además del camionero acudieron anoche a la cita Mario Manrique, número dos del gremio de mecánicos Smata, Raúl Durdos (marítimos, SOMU), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Jorge García (taxistas), Cristian Jerónimo (personal del vidrio), Omar Plaíni (canillitas), José Voytenco (rurales de Uatre y la más novedosa incorporación al Fresimona), Alejandro Salcedo (docentes bonaerenses, Udocba), Graciela Aleñá (viales), Pablo Flores (empleados de AFIP) y Domingo Moreyra (ceramistas).
La prioridad para los dirigentes fue hacerle saber al mandatario la urgencia de una recomposición de ingresos para los trabajadores. Le pidieron una suma fija adicional al salario a ser pagada entre septiembre y diciembre, sin un monto definido, cuyo objetivo será luego acomodarla en función de las paritarias de cada gremio desde 2023. Algo similar a lo planteado por el ala kirchnerista del Frente de Todos. También, elevar de $ 316.731 a 500 mil pesos el tope para el pago de las asignaciones familiares. En el sector alegan que de ese modo podrán recibir el salario por hijo unos 6 millones de trabajadores contra los 2,5 millones que lo perciben actualmente. Además, reclamaron la suba de los actuales $ 280.792 a 600 mil pesos del mínimo no imponible de Ganancias.
Fuente: pagina 12