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Sin Moyano, CGT mostró apoyo por FMI y se diferenció de La Cámpora

09/03/2022  |  Politica  |  

La CGT ratificó ayer su apoyo al Gobierno frente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional aunque replicó en parte la interna oficial: lo hizo con Pablo Moyano, uno de los tres secretarios generales, ausente sin aviso. Fue la confirmación del alineamiento de los “gordos” y otros sectores tradicionales de la central obrera y un gesto político para mostrarse al servicio de Alberto Fernández en contraposición con la renuencia del kirchnerismo a respaldar las negociaciones.

El gesto del sector mayoritario del sindicalismo, consecuente con una larga secuencia de comunicados de apoyo desde el inicio de las tratativas, se cristalizó durante el plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados. Allí acudieron Héctor Daer y Carlos Acuña, los restantes cotitulares de la organización. En paralelo el metalúrgico Antonio Caló, abocado a las elecciones internas en su gremio, también se mostró favorable en una entrevista radial. En cambio, el secretario general de la CTA Autónoma, Ricardo Peidró, se declaró en contra durante su participación en la jornada legislativa.

“Nosotros tenemos un compromiso histórico en la solución de los problemas del país. Y acá no hay una dicotomía entre algo bueno o algo malo; el FMI es una desgracia que tenemos que ir asumiéndola y este es el mejor acuerdo que se pudo lograr”, le dijo anoche Daer a este diario. El dirigente destacó que el entendimiento no incluyera puntos de especial preocupación para la CGT como una reforma laboral o una previsional, más allá de la mención a un análisis de los regímenes jubilatorios especiales y de la sustentabilidad del sistema en función de la edad de retiro. “Desde la sanción de la ley de Solidaridad Previsional que es voluntaria la extensión hasta los 65 años para las mujeres y 70 para los hombres”, desdramatizó.

Puertas adentro de la central, el acuerdo no sólo mantiene sin cambios las vigas de la legislación laboral y previsional sobre las que se asienta el poder de los gremios sino que abre un posible horizonte de previsibilidad clave para conseguir una respuesta demorada que depende del Gobierno: el financiamiento extraordinario para las obras sociales sindicales como compensación por los gastos extra realizados en pandemia por servicios a sus afiliados discapacitados. Por ese rubro las prestadoras gremiales obtuvieron por primera vez en la historia del sistema un aporte no reembolsable de 7.390 millones de pesos del Tesoro nacional.

Desde esa distribución que la CGT se focalizó en dos reclamos: hacerle cumplir a Alberto Fernández un compromiso de agregar 4.000 millones de pesos para totalizar los $11.400 millones que había prometido por el año pasado, y abrir una negociación por los recursos para 2022 por el mismo rubro. Sobre este último punto la hipótesis de máxima de los gremios es más ambiciosa: llevar el aporte para este año a 32 mil millones de pesos.

En su alocución ante el Congreso, Daer se refirió por elevación a Máximo Kirchner y La Cámpora: “no andamos por la vida dejando testimonio. No estamos mirando las cosas desde un balcón. Creemos que este acuerdo al que llegó nuestro gobierno es el mejor al que se podía llegar para no caer definitivamente en el default”. Sonó a referencia elíptica a los videos difundidos en los últimos días por la agrupación kirchnerista donde muestra su rechazo al FMI y sugiere un voto reprobatorio.

En cuanto a la ausencia de Pablo Moyano, en el sector la leyeron como un doble mensaje: a la CGT, para mostrar una vez más su disidencia con la estrategia de muchos de sus pares e incluso con sus dos colegas en la cúpula, Daer y Acuña, y también al Gobierno. Es que en las últimas semanas el hijo mayor de Hugo Moyano había encadenado protestas callejeras contra la caída de vigencia de un decreto que consideraba ante la duda al coronavirus como enfermedad profesional y por lo tanto cada contagio disparaba las coberturas del sistema de riesgos del trabajo. El camionero no logró que el Ejecutivo prorrogara esa norma pero negoció con las cámaras empresarias de su rubro que se harían cargo de los salarios caídos de los choferes en esas situaciones. Ese entendimiento no zanjó, no obstante, las diferencias con el Gobierno.

También pasó por el Congreso el jefe de la CTA Autónoma. Peidró expuso el rechazo de su sector: “el Congreso no puede validar el endeudamiento macrista ni eludir las denuncias sobre irregularidades e ilícitos cometidos por el FMI”, advirtió.



Fuente: Ambito
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