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La inflación no obedece el manual del niño monetarista

17/05/2021  |  OPINION  |  

Identificar a la macroeconomía en el centro del universo, evaluadora y calificadora de la suma de supuestos desaciertos de la política, es un error común entre los neo-cuantitativistas. Cuando estos expertos en contar chistes o expresarse en forma soez en las conferencias subestiman la importancia del contexto político y la pandemia mundial, lo que hacen es influir incorrectamente la percepción de los indocumentados mediante la simple práctica del “numerismo”.

El numerismo está asociado a lograr una menor comprensión del más amplio marco político y social internacional, regional y local; que contiene otras vicisitudes. Así es que constituyen falacias de razonamiento utilizadas para manipular y engañar, dándole menor importancia a la información no numérica -como las prácticas democráticas- y mayor importancia a cuestiones sub trascendentales. Desde hace cuarenta y cinco años no han sido capaces de adquirir o producir conocimiento nuevo útil para el bienestar general. Su discurso colegial solo puede reproducir conocimientos adquiridos y repetidos en universidades privadas sin contextualizar, ya que no es el cuerpo del sector privado el que ve a la economía como una ciencia social. La macroeconomía de los últimos años es un ejemplo de la clase del maestro adiestrador. Lo que pierden de vista no es una unidad más alta que lo sintetice todo- porque eso no es posible-, sino la intersección numérica con el contexto, que es lo conveniente y atinado.

La inflación mundial sorprendió por la subida del primer trimestre 2021, registrando el índice de precios al consumidor mundial su mayor aumento en 12 años. La expectativa es: inflación ascendente, para 2021 un aumento del IPC global de 2.7% contra el 1.1% de 2020.

Si usamos numerismo podemos decir que la inflación mundial proyecta ser 145.45% más alta que en 2020, y en los países desarrollados 360% más alta que 2020. El efecto en un auditorio desinformado, predispuesto al miedo, es aterrador. Si en cambio habláramos de crecimiento y decimos que hay un “boom de crecimiento global”, porque el mundo crece a una tasa dos veces más alta que su tasa de crecimiento potencial, el optimismo regocijaría aun a los más apáticos. O con la escalada de los precios de las commodities que llevó la soja a u$s610, algunos argentinos tenderían a repetir como un loro: “hay viento de cola” -sin mencionar que esto ocurre en medio de una pandemia local (2015-2019) y otra mundial desde 2020, en un país quebrado.

Otro ejemplo sería que en el último mes Argentina duplicó el número de contagios y casi se cuadriplicó la cantidad de fallecimientos diarios. Claro que en muchas partes del mundo ya sucedió antes y ahora lo mismo, pero si no lo contextualizamos, luce terrorífico. Además podrían afligirnos diciendo que la vacunación en la Argentina va muy lenta (sin decir que es con respecto a Israel y EEUU).

Inhumación de restos

Todas estas apelaciones antes explicadas, tienden a borrar de la memoria sus “horrores de pronósticos” y el adiestramiento de los estudiantes que olvidan que lo que aprendieron no sirve para nada, no porque no sea válido parcialmente, sino porque es incompleto. Antes de ahora no pudieron verificar que acelerando la tasa de expansión monetaria se desaceleró la inflación -en lugar de dispararse- y, ahora desacelerando la tasa de expansión monetaria se acelera la inflación.

Desde mitad de 2020 se contrajo poderosamente la expansión monetaria, pero la inflación comenzó a subir como nunca en treinta años. Este año la inflación anualizada sería menor que la de 2019 -cuando se contrajo dramáticamente la oferta monetaria-, mientras el dinero se expandió a la mitad de la tasa de crecimiento, con una cantidad real de dinero alta y en caída. Es decirhoy estamos con una tasa de inflación dos veces superior a la tasa de expansión monetaria. Supuestamente, según el manual del niño monetarista, debería ceder la inflación, pero la muy terca no le obedece al repertorio del vademécum y su elenco.

Con el próximo estimulo, se financiara al Tesoro por la vía monetaria.Empero esta eventual aceleración de la tasa de expansión monetaria, podría ser moderada coyunturalmente con el anclaje de las variables claves-las que estaban bien aplicadas cuando lo hacía Cambiemos, pero está mal si lo hace el FDT-. La gran diferencia es que Cambiemos tuvo inflación con caída del PBI, y el FDT con crecimiento del PBI, 6/7%. De nuevo, es posible que veamos una tasa de inflación decreciente en el segundo semestre, aún con una tasa de emisión monetaria en expansión. La inflación podría representar una caída de 37.5%, bajando del 4.8% al 3%, y pero los numeristas seguirían desnaturalizándolo todo a través de nuevas destrezas en cualquier otra variable. Inclusive actualmente incurriendo en infectologia, medicina y vacunación. O si la inflación cede dirán que es una baja transitoria que acumulara inflación para después. Apelar al futuro es una excusa caprichosa para justificar lo que nunca sucede y salir del paso.

No existe lógica ideológica, solo anti peronismo visceral

Utilizan una lógica estructurada hegemónicamente, que parte de una oposición conceptual a la política y particularmente al peronismo. Quienes la llevan adelante curiosamente se alinean a la derecha del FMI., de EE.UU. y del Vaticano. Siguen propiciando desconfianza generalizada en cualquier cosa que haga el Gobierno. Elisa Carrió, realizó una asombrosa denuncia judicial contra el presidente Alberto Fernández, el ministro de Salud, Ginés González García y la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, a quienes acusó de “envenenamiento” mediante la vacuna rusa, hubo banderazo en defensa de la propiedad privada de Vicentin -que vació la empresa y estafó al Banco de las Nación-, exhibieron la presencia forzada de niños como símbolo contra una medida, junto con un cacerolazo frente a la quinta de Olivos. Vale todo.

Solo puede haber confianza cuando el sistema político (oficialismo y oposición) es justo y sus líderes no actúan solo para sí mismos. Nada ha destruido más la confianza pública que la hipocresía y el cinismo de un Gobierno que prometió: “no vamos a devaluar”, “pobreza cero”, “los trabajadores no pagaran impuesto a las ganancias”, “construiremos 3.000 jardines en cuatro años”, “la inflación va a bajar a un digito”, “vamos a otorgar un millón de créditos hipotecarios”…

Antes de Alberto Fernández, los lideres de Cambiemos crearon las condiciones para esta persecución conspirativa, al ver políticas que solo favorecieron a los mismos gestores que se perdonaron deudas, aumentaron los precios de sus autopistas, sus empresas de energía, ganaron licitaciones, etcétera. Y, con todo, pese que a diario se descubren nuevas trastadas, a casi nadie se le exige responsabilidades. Pareciera que todos los integrantes de la pandilla que azotó la Argentina por cuatro años han de quedar impunes. Es que Cambiemos creó un sistema en el que la desigualdad ante la justicia es tan formidable como las desigualdades en los ingresos y la riqueza que dejó. Nunca soñamos-ni el mismo ex presidente-su llegada a Balcarce 50. Un aventurero capaz de poner la cara y articular un equipo coacheado para mentir aun al respirar, traicionando cada día a los argentinos que los apoyaron largo tiempo a la espera del cumplimiento de una sola de todas sus promesas.

Numeristas mágicos. Deslealtad ideológica

En lo macroeconómico los numeristas hacen evaporar el incremento sin precedentes del déficit fiscal, en medio de perjudiciales recortes de impuestos y retenciones para conseguir lo que le pedían las corporaciones. En ese “Pactó con el diablo” (Víctor Hugo Morales), el ex presidente con su comparsa biliosa, la Coalición y el partido centenario dejaron bien claro sus valores y preferencias. La ideología terminó siendo lo de menos. En medio de la fe devota cacareada de que el mercado compone todas las cosas, se consolidó un monopolio privado, peor que los del Estado. La ideología fue descaminada y por eso peligrosa. Nuevamente, la falta de “libertad de mercados” y “la libre competencia” que propugnaban, perjudicó incluso a otras empresas grandes y poderosas, otorgándole la comunicación, la tecnología y los medios a un solo grupo integrado verticalmente. Para tener cable solo existen dos opciones más y muy en desventaja con el líder. Los consumidores lo pagamos con precios elevados que no respetan los fijados por el Gobierno en medio de una tragedia. Sin competencia podemos esperar menos innovación, malos servicios y peor trato. Y eso es lo que hoy tenemos. -¿A quién se le ocurriría crear un medio en la Argentina, cuales serian las chances de competir con la hegemonía y su periferia celestina? – “El monopolio” como lo bautizó el fundador de Ámbito Financiero- el doctor Julio Ramos-. Por lo demás le encajaron al nuevo presidente una deuda de u$s 66.000 millones a reestructurar con acreedores privados y más de u$s 47.000 millones en un periodo presidencial con el FMI, con tal de no asumir el default que crearon en solo dos años. El desastre que dejaron a su paso con la complicidad de los numeristas que erraban serialmente todos sus pronósticos a favor del Gobierno de Cambiemos-algunos fueron funcionarios o asesores, otros aplaudían desde la tribuna o hacían mutis por el foro mientras hacían sus negocios-no podrá ser reparado en mucho tiempo.

La administración que menos se caracterizó por su coherencia intelectual, es la que fue apoyada por los numeristas que desde los noventa, cuando eran empleados del número uno, copiaron al creador de los fundamentals y se convirtieron en opciones pro establishment berretas-al decir de uno de ellos-. Como preguntaba el contador de los ochenta: ¿usted cuanto quiere pagar? Y, el cliente le daba la cifra de su impuesto a las ganancias. Ahora muestran una serie estadística en un slide que empieza y termina cuando al círculo rojo le conviene. En Hacen regresión y correlación de variables cronometrando un pura sangre de carrera versus un matungo que carece de buenas cualidades físicas. Académicamente los numeristas que entreveran todo, nos recuerdan la estrofa luminosa del tango Cambalache: “Y herida por un sable sin remaches, ves llorar la Biblia junto a un calefón”.

(*) Profesor de Posgrado UBA. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani en twitter



Fuente: Ambito