Salta vive el Milagro, sin definiciones sobre la procesión

Desde el pasado 24 de julio, los salteños ya palpitan la Fiesta del Milagro, pero de una forma diferente. Durante 2020, las restricciones por la pandemia dejaron a los fieles sin poder participar de la entronización de  las imágenes, la novena debió ser cancelada y no se celebró la tradicional procesión. 

Este año, con más experiencia sobre las acciones que se deben tomar para evitar la proliferación de casos de COVID-19, la Fiesta del Milagro se vive, pero con precaución. 

El pasado 24 se llevó adelante la entronización de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro con una presencia reducida de fieles y en la fachada exterior de la Catedral se colocaron cinco pantallas, para que los creyentes que no lograron ingresar al santuario, sigan la ceremonia desde la plaza o las calles cercanas. 

También se logró organizar la visita de las diferencias instituciones, tanto educativas como religiosas y oficiales. Sobre estas visitas, el religioso Daniel Ochoa explicó que solo se permite el ingreso de 30 personas por institución y respetando el distanciamiento social en el templo. 

La Catedral solo permite el ingreso de 230 personas en cada ceremonia religiosa. Las misas se ofrecen desde las 8 de la mañana hasta las 20 horas y las visitas están agendadas y programadas.

El sacerdote destacó que, por el momento se espera poder concretar la novena que comenzará el 3 de septiembre, y llegar a la gran fiesta del 15, sin inconvenientes. 

Con respecto a la realización de la tradicional procesión, las autoridades de la Catedral no se han expresado al respecto, por el momento se mantiene la programación de una serie de misas y celebraciones religiosas de lo que se conoce como el Triduo del Milagro pero sin peregrinos ni procesión. 

En cuanto a las campañas de donación de alimentos y ofrendas, Ochoa expresó que las colaboraciones se pueden entregar en el sector de secretaría de la Catedral, donde luego de un proceso de sanitización, son registradas y luego enviadas a las familias y comedores, con los que colabora la arquidiócesis.