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Dólar: habrá nuevos cambios para destrabar importaciones

31/08/2022  |  Economía  |  

El Gobierno termina de delinear una nueva medida para las importaciones, en un contexto de escasas reservas del Banco Central y de déficit comercial. Habrá un nuevo sistema para las SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones), con el objetivo de facilitar las importaciones a las empresas, con foco en insumos y en que los dólares utilizados sean para garantizar la producción.

El ministro de Economía, Sergio Massa, les había anticipado a los empresarios en el Consejo de las Américas que se iba a modificar el mecanismo de Simis: “Desde que se aprueba va a tener fecha cierta de pago y trazabilidad: Aduana, Banco Central, Secretaría de Industria y de Comercio. Lo vamos a hacer dialogando con los sectores para que prioricemos y sean máquinas, insumos, medicamentos, bienes y servicios que tengan que ver con nuestro crecimiento y consumo”. Lo dijo ante los ejecutivos en el Hotel Alvear hace diez días.

También ante empresarios de consumo masivo Massa prometió mayores facilidades para importar, en una reunión privada la semana pasada. Según pudo saber este diario, el trabajo técnico lo realiza el área de sistemas de la AFIP, a cargo de Carlos Castagneto, en conjunto con Aduana, Economía, Banco Central, Industria y Comercio Exterior. Por estos días están terminando de incorporarle fechas y nombres y otros datos de empresas, licencias y posiciones arancelarias.

Este nuevo sistema busca ordenar la información sobre las importaciones, dada la “descoordinación” que había en los distintos organismos del Estado, admiten fuentes oficiales, y a la vez facilitar el acceso de esa información al sector privado para atender los reclamos de dónde pudo haberse trabado una importación clave.

De todos modos, aclaran, tener una mayor trazabilidad de las Simis no implicará, en principio, cambiar los pasos que tienen que cumplir las empresas para poder importar. El primer paso está en la AFIP, donde hay que pasar el CEF (sistema de capacidad económica financiera), donde verifican que las operaciones que se realizan se ajusten a la capacidad económica. Luego, se hace el pedido a la Secretaría de Comercio (que recuperó las funciones de Comercio Exterior) de aprobación de las licencias (las automáticas salen en 24 horas, las no automáticas debieran hacerlo en 60 días). Finalmente, llega el turno del Banco Central, en el que se habilitan los dólares, según el tipo de licencia y del cupo de divisas que le quede a la empresa.

Si bien en Economía admiten que en el agregado estas medidas no cambian el monto récord de las importaciones, que en el grueso se explican por los precios inéditos de la energía, lo hacen porque “cada dólar cuenta”, y los que hay “deben usarse para la producción”. De hecho, un empresario de una alimenticia le dijo a Massa en privado: “Entraban con licencias automáticas los yates y hay problemas con insumos para la industria alimenticia”.

El nuevo sistema para darle “trazabilidad” a los pedidos de importaciones llega después de nuevas medidas que aplicó Massa. La capacidad económica de la AFIP pasó a tomarse en cuenta también para las importaciones de servicios (antes era solo para bienes), 34 licencias pasaron a ser no automáticas (como en yates o aviones, donde eran automáticas) y se modificó el régimen de admisión temporal.

En la explicación de por qué se aplican estas medidas ahora y no antes, cuando la brecha cambiaria también superaba el 100% y promovía todo tipo de maniobras, en Economía no quisieron echar culpas: “No creo que los funcionarios no se hayan dado cuenta, sino que la coordinación que hoy tiene el equipo de Massa no era así antes”, comentaron.

Según pudo averiguar este diario, la medida en la que ahora trabaja la AFIP ya venía siendo pensada desde antes del desembarco de Massa. “Te enterabas de cada cosa que entraba y no sabías quién lo había autorizado, si un organismo de Gobierno, una cautelar, o un pedido de alguien puntual”, contó una fuente oficial. Con las importaciones bajo la lupa, sobre todo luego del denunciado “festival de importaciones” de la vicepresidente Cristina Kirchner, había reuniones mensuales entre Economía, Desarrollo Productivo, AFIP y Banco Central.

Ahí había reclamos cruzados: a AFIP se le cuestionaba cómo “con 1000 dólares de capital una empresa pedía importar 1 millón de dólares”. En el Banco Central criticaban a Producción por la entrada de bienes suntuarios, que contestaba que las licencias eran automáticas, y que en cambio era la entidad de Miguel Pesce la que terminaba otorgando los dólares, a $100. “Se discutía, pero como era un equipo económico atomizado, nadie saldaba las discusiones”, contaron a Ámbito.



Fuente: ambito
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