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La economía crecería tres períodos seguidos

29/03/2022  |  Economía  |  

Luego del impacto que supuso la pandemia, la economía rebotó 10,3% en 2021. Distintas proyecciones, tanto privadas, como desde el Gobierno o incluso el FMI, pronostican crecimientos también para 2022 y 2023. En caso de concretarse estas estimaciones, el PBI argentino crecería durante tres años seguidos por primera vez en 15 años.

Así lo analizó un informe de la consultora Sarandí, en el que se destacó que la última vez que la actividad creció durante tres años seguido fue en 2008. Desde entonces, luego del bienio 2010-2011 en el que hubo crecimiento, comenzó lo que diferentes economistas denominaron “la maldición de los años pares”, en la que alternaron subas en 2013, 2015 y 2017 con caídas en 2012, 2014, 2016 y 2018. La crisis financiera de ese último año se extendió hasta el siguiente y luego la irrupción de la pandemia incidió en la caída de la actividad económica en 2020, completándose tres años consecutivos de caída por primera vez desde 2002.

En ese marco, el FMI pronosticó un crecimiento de la economía argentina del 3% para este año y del 2,5% para el 2023. Los analistas consultados en el REM, por su parte, señalaron que el PBI crecerá 3% en 2022 y 2,2% el año próximo. En el acuerdo del Gobierno con el Fondo, en tanto, se preveía una expansión de entre el 3,5% y 4,5% para 2022 y de entre 2,5% y 3,5% para 2023.

De todas formas, tal como remarcó el informe de Sarandí, “la posibilidad de sostener el crecimiento los dos próximos años se puede ver amenazada por diferentes avatares macro que rompan el proceso a la mitad”. “En primer lugar, nos preguntamos si es factible contar con los dólares necesarios para alimentar esta dinámica alcista. La previsión del FMI para los próximos años muestra un futuro promisorio en materia de balanza comercial y cuenta corriente, pero este escenario puede ser sensible a riesgos”, señaló estudio.

“Tanto un deterioro de los términos de intercambio, como un tipo de cambio poco apropiado para la competitividad de nuestra economía, puede reducir de manera sensible la disponibilidad de dólares, y de esa forma afectar la velocidad del crecimiento. Otra rigidez tiene que ver con los aspectos financieros, dado que un incremento en el costo de fondeo para las empresas terminaría ralentizando la inversión productiva. En este punto hay una manta corta, producto de que un subsidio excesivo de tasa abarata el fondeo para la dolarización de activos y puede ser contraproducente”, remarcó el informe.

Perspectivas

Al analizar las proyecciones de crecimiento de la economía para este año y el próximo, el director de la consultora Analytica Claudio Caprarulo señaló a Ámbito que un crecimiento en torno al 3% para este año es “cumplible”. “Entre otras cosas, porque son tasas bajas de crecimiento, en particular considerando todas las demandas insatisfechas qué hay. Pero es compatible con la necesidad de acumular dólares que necesita el Central para evitar una fuerte devaluación y los compromisos de deuda pública y privada en moneda extranjera”, señaló el economista, quien agregó: “A su vez, el pobre dinamismo de los salarios en un contexto de inflación esperada ya en 60% anual pone un límite claro al crecimiento”.

“Un escenario más optimista puede darse si los precios de los commodities mantienen y/o aumentan los términos de intercambio récord que hoy tiene nuestro comercio con el resto del mundo. Por ejemplo, para este año puede generar un saldo comercial extra de u$s5.000 millones. El desafío es que Argentina pueda aprovechar al máximo las nuevas condiciones de demanda de alimentos del mundo sin que se dificulte aún más el acceso a los sectores más desfavorecidos de nuestro país a la canasta básica alimentaria”, remarcó Caprarulo.

En la misma línea, el economista Jorge Neyro remarcó: “Aproximadamente el arrastre estadístico de 2021 es de 3%. Así que veo factible que crezcamos entre 2,5% y 3,5%. Los riesgos pasan más por la posible escasez de gas en el invierno que afecte la producción industrial, un menor dinamismo de las exportaciones en un entorno de desaceleración de la actividad global por la guerra en Ucrania y mayor inflación local que deteriore el consumo privado”.

Arrastre estadístico

“Hay un efecto estadístico, que se suele llamar arrastre estadístico. Es decir que el país fue creciendo durante todo 2021, de menor a mayor, y el nivel en el que llegó a diciembre de 2021 y con el que arrancó 2022, es mayor que el promedio de 2021. Entonces, sólo con sostenerse en ese nivel de diciembre del año pasado, el promedio de 2022 va a ser mayor. Ese efecto arrastre marcaba que Argentina iba a estar cerca del 3% de crecimiento durante 2022: de alguna manera, no creciendo este año, sino simplemente sosteniendo el nivel al que había crecido hasta diciembre”, analizó al respecto Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.

“Sobre ese escenario, hay que entender que el acuerdo con el FMI en principio podría abrir dos puertas: una, sería contractiva. Porque, generalmente, los acuerdos con el Fondo implican medidas contractivas de la actividad económica; porque muchas veces implican ajustes más rápidos de variables como el déficit fiscal, el déficit monetario o la emisión. En particular, si bien el gasto público se expandiría en términos reales bajo este acuerdo, está limitado en esa expansión”, agregó Kalos, quien subrayó: “El escenario contractivo también podría ser compensado por una mejora en las expectativas de la actividad: si el problema de falta de credibilidad y de previsibilidad de las políticas macroeconómicas se viera sustituido por este acuerdo. Eso es lo que todavía no está ocurriendo: el primer impacto de lo que está ocurriendo con este acuerdo es restrictivo en relación a las políticas más expansivas que podría haber tomado la política pública y no compensa todavía en las expectativas privadas, ni de consumo, ni de inversión ni de exportaciones que están muy acotadas”.



Fuente: Ambito
Tags:  economía