Image

Diálogos de Wall Street

16/09/2021  |  OPINION  |  

Periodista: ¿Viajamos de las tasas chinas a la era del hielo? Se frena la pujanza de la economía, ¿y ahora qué? ¿Se enfría la inflación en EE.UU.?

Gordon Gekko: Tibio, tibio.

P.: ¿Ya vimos lo peor de la tasa de inflación minorista?

G.G.: Sí.

P.: ¿Está seguro?

G.G.: Razonablemente. Certezas no hay. En todo caso, siéntese a esperar debajo de un roble que pase el tiempo, y la seguridad va a ser mayor.

P.: ¿Sorpresa? Se esperaba, por cierto, una lectura más alta.

G.G.: Que se repitiera el 0,5% de julio. Y fue 0,3%. Si se desbrozan alimentos y energía, la variación mensual dio 0,1%. Se diría, “normal”.

P.: ¿Se comprueba la tesis de que la inflación era transitoria?

G.G.: No. La demostración va a llevar más tiempo. La inflación sigue siendo muy elevada, hay mucha presión aún en el canal mayorista, la logística es un incordio oneroso que tardará en ordenarse, y el boom inmobiliario incuba una dinámica creciente en el costo de la vivienda sin reversión a la vista. Por último, siempre existe la posibilidad de recibir un shock extra que lo complique todo.

P.: De acuerdo. Pero se acumula la evidencia a favor de la tesis de una inflación que no se desborda fuera de control. No es poco si se repara que los precios, los últimos doce meses, treparon 5,3%.

G.G.: Digámoslo así, el efecto impacto sobre la inflación del megapaquete fiscal del presidente Biden, el que se sancionó a fines de marzo, se absorbió bien. La inflación promedio se disparó para acomodar un cambio muy brusco de precios relativos y ahora se modera. Pero el proceso de digestión no terminó. De hecho, la mediana de la inflación aumenta a un ritmo de 0,3% en tres de los últimos cuatro meses y todavía no se repliega.

P.: ¿Qué pasó con los ítems que lideraron el salto de precios? Los autos usados subieron 10% en abril y en julio. ¿Ya comenzaron a bajar?

G.G.: Sus precios cayeron 1,5% en agosto. La inflación interanual del rubro que llegó a ser de 45% bajó a 31,9%.

P.: Esa inflación está destinada a desaparecer.

G.G.: Sí, pero no tan rápido como uno podría imaginarse. Falta producción de autos nuevos para satisfacer la demanda. Las ventas siguen restringidas, y los precios de los autos cero kilómetro suben fuerte -1,2% en el mes y 7,6% interanual- y le ponen un piso.

P.: Como sea, con la inflación calma, ¿se enfrían los pedidos de tapering?

G.G.: Se tranquilizan los halcones que pierden el sueño al ver que las compañías recuperan la capacidad de fijación de precios por primera vez en un par de décadas. Ese es el efecto importante.

P.: La semana que viene se reúne la Fed, se temía que un mal número de inflación abriera una discusión sobre la pertinencia de demorar o no la reducción de la compra de bonos. ¿Tema zanjado?

G.G.: Jay Powell, el mandamás, lo hizo en Jackson Hole. No hubo señales de rebeldía aunque muchos presidentes de distrito, y uno que otro gobernador, sugirió su punto de vista personal de preferir una mayor urgencia.

P.: Mientras la Fed opta por extender la vigilia, otros bancos centrales ensayaron formas suaves de tapering. Ya conversamos sobre el caso de Australia, pero también el BCE estrenó una variante parecida.

G.G.: No es un tapering, dijo Christine Lagarde, sino una re-calibración.

P.: ¿No es una buena estrategia para romper el hielo? Más allá de la semántica, en los hechos, el banco central mantiene el compromiso de comprar bonos pero avisa que lo hará a una cadencia más lenta.

G.G.: A Lagarde le sirvió para dejar a todos los miembros del consejo monetario contentos, y para mostrar que una inflación de 3% no cayó en saco roto a pesar del nuevo enfoque flexible de política.

P.: ¿No piensa que Powell podría emular a sus colegas y buscar una solución salomónica? La mitad de la población en Australia está sujeta a cuarentena por la política de covid cero, y sin embargo el banco central avanzó igual.

G.G.: Si tuviera prisa, sí.

P.: ¿Y no la tiene?

G.G.: Si no la tenía en Jackson Hole, menos ahora, después de recibir las novedades de agosto. La tasa larga por debajo de 1,30% le da la derecha. Y entienda una diferencia: la compra de bonos de la Fed no tiene límites prefijados; en los otros casos, sí los hay. Allí, el tapering se produce solo, por mera convergencia.

 



Fuente: ambito