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Cerrando juntos la brecha de vacunas

06/09/2021  |  OPINION  |  

El pasado 5 de agosto, el Consejero de Estado y Canciller de China Wang Yi presidió la primera reunión del Foro Internacional sobre Cooperación en Vacunas contra el COVID-19, del cual participaron el Canciller Felipe Solá, junto con los cancilleres y altos representantes de más de 20 países, los responsables de diversos organismos como la ONU y los delegados de 29 laboratorios de China y otras latitudes. En su mensaje escrito, el Presidente Xi Jinping ratificó la disposición de China de suministrar este año 2 mil millones de dosis de vacunas al mundo, además de donar US$ 100 millones a COVAX para la distribución de vacunas a los países en desarrollo, lo que demuestra el empeño chino en reducir la brecha de vacunas y en dar nuevos impulsos a la respuesta internacional ante esta emergencia sanitaria.

China, el primer país en compartir la secuencia genética del COVID-19 al resto del mundo, ayudó a numerosos países a iniciar su respectiva I+D en materia de vacunas. Nuestro país tomó la delantera en desplegar los ensayos clínicos de fase III de la vacuna anti COVID-19 en la Argentina, acción que se implementaría sucesivamente en más de 20 naciones, lo que favoreció la ratificación de uso de 4 tipos de vacunas chinas en más de 100 países. Cabe destacar que los inmunizantes desarrollados por Sinopharm y Sinovac forman parte del listado de utilización de emergencia de la OMS y el de adquisición de COVAX, un aval de su seguridad y eficacia. China ha donado vacunas a más de 100 países mientras las exporta a más de 60 países. En total, ofreció más de 770 millones de dosis al resto del mundo, ocupando el primer puesto a nivel mundial. Como pionero en coproducción con el mundo en desarrollo, China y otros países lanzaron la Iniciativa de Asociación de “la Franja y la Ruta” para la cooperación en vacunas, la cual celebra la participación de más países.

Frente a la severa pandemia, endurecida por la asimetría en la asignación e inoculación de vacunas, un reducido número de países occidentales, atendiendo exclusivamente a sus propios intereses y al llamado nacionalismo de vacunas, impuso condiciones políticas a la provisión de los inmunizadores, a fin de agrandar la “brecha de inmunidad”. Incluso el gobierno de EE. UU. ordenó a los servicios de inteligencia efectuar manipulaciones políticas relacionadas al rastreo de los orígenes del COVID-19, hecho que sólo logró poner de manifiesto su preocupación por los efectos de su inepta lucha contra la crisis sanitaria y por el socavamiento de su credibilidad. En fin, esta inmoral tentativa de eludir sus responsabilidades correspondientes está condenada a fracasar.

La búsqueda de los orígenes del nuevo coronavirus es un tema científico serio, así que ningún país tiene derecho a ignorar la vida, a politizar la investigación o a difamar a otros partiendo de sus propios intereses políticos, mucho menos a agudizar las asperezas en desmedro de la lucha mancomunada contra este flagelo sanitario. El informe conjunto China-OMS publicado el pasado 30 de marzo en Ginebra sostiene que es “extremadamente improbable” que el COVID-19 haya contagiado al ser humano a través de un laboratorio chino. Además, más de 300 partidos políticos, organizaciones sociales y think-tanks de más de 100 países y regiones presentaron una declaración conjunta a la Secretaría de la OMS, subrayando que la comunidad internacional precisa reforzar el combate conjunto contra el coronavirus, exhortó a la OMS a rastrear los orígenes del virus de manera objetiva e imparcial y a repudiar la politización. Recientemente, reconocidos especialistas reiteraron, por medio de la revista Cell, que no hay ninguna evidencia científica a favor de la supuesta fuga del COVID-19 del laboratorio chino, lo cual puso de pleno manifiesto la opinión general internacional, sobre todo, los reclamos por un rastreo científico en lugar de la manipulación política.

 

China y la Argentina vienen profundizando la cooperación en la lucha contra este trance sanitario, a saber, la asistencia en forma de insumos antiepidémicos, la compartición de las experiencias clínicas, la creación del “puente aéreo”, los ensayos clínicos conjuntos y el suministro de las vacunas, lo que ha dejado escrito un nuevo capítulo en la historia de amistad bilateral. Hasta ahora arribaron en total más de 20 millones de dosis de vacunas chinas al suelo argentino, las que jugaron un papel relevante en la respuesta local ante la epidemia. China seguirá apostando por la distribución equitativa y razonable de las vacunas y sumará sus esfuerzos a los de Argentina y otros países en desarrollo, a la expectativa de rechazar juntos el “nacionalismo de las vacunas” y la politización del rastreo del virus, a la vez de promover la accesibilidad y asequibilidad de este bien público para los pueblos de todas las latitudes del planeta, contribuyendo a la pronta victoria de la humanidad ante la pandemia.

* Embajador de la República Popular China en Argentina.



Fuente: Pagina 12